Cuando tuve que empezar a pensar en nombres, marcas y etiquetas para mis vinos,  la idea que más me gustaba era la de formar una familia de personajes; y que cada vino encarnara uno, para que eso me permitiera jugar con las características de los vinos y los personajes. Un juego planteado más desde el punto de vista del marketing que de la enología misma, por supuesto.

Allí surge el cruce con la literatura y el interés por una historia que me gustaba mucho desde niño. Pueblo Dormido, Icabod y Jinete  Sin Cabeza son marcas inspiradas en La Leyenda de Sleepy Hollow,  cuento escrito por el estadounidense Washington Irving en 1820. A esta se la recuerda como la primera historia en el que aparece el personaje del jinete decapitado; y fue el puntapié inicial para la creación de una infinidad de mitos en torno a esta figura oscura y espectral en diferentes lugares del mundo. En Mendoza, por ejemplo, esta leyenda derivó en la creación del mito del Futre, un caballero inglés que fue asaltado y decapitado mientras huía con los jornales de los peones  que trabajaban en la construcción del ferrocarril que iba a unir Mendoza con Chile.

La Leyenda de Sleepy Hollow

La Leyenda de Sleepy Hollow, por Washington Irving.

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Ícabod (su nombre original en inglés es Ichabod Crane) es el personaje central de la leyenda. Un forastero que llega al Pueblo de Sleepy Hollow (“Valle Soñoliento” en inglés) para trabajar de maestro en la escuela. Su corta estadía de incierto final en el pueblo, se dirime entre la fantasía, el AMOR, el desamor y el MIEDO a morir en manos del Jinete Sin Cabeza.

La otra razón por la que elegí esta leyenda, es que encajaba perfecto con una idea estética que me gustaba para las etiquetas: la ausencia casi total de color, la escala de grises; y cierto tono lúgubre, casi dramático… el mismo que, a través de la literatura, habita en las hojas de La Leyenda de Sleepy Hollow.

identidad visual

La impronta artística del proyecto se profundiza en su relación con las artes visuales cuando, desde el principio empezamos a pensar y desarrollar el concepto estético junto a Emiliano Dalmau: amigo, artista y también mendocino oriundo del Valle de Uco.

Emiliano Dalmau nació en Tunuyán, Mendoza. Su obra ha transitado el dibujo, la pintura, la fotografía, el arte digital, el grabado y la escultura. 

Ingresó a la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Nacional de Cuyo en 1997. Realizó exposiciones en Mendoza, Buenos Aires, Chile y Brasil; y obtuvo premios provinciales, nacionales e internacionales. En la actualidad se dedica al dibujo y pintura en gran formato.

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